No son pocos los restaurantes y supermercados en los que encontramos enormes carteles que pregonan pescados y mariscos frescos, sin embargo, ¿qué de cierto hay en ello? Lamentablemente no siempre encontramos honestidad por parte de los establecimientos, y por eso debemos andar con pies de plomo como quien dice.
Con los conocimientos suficientes podemos diferenciar un género de calidad frente a otro que no lo es. En la Tasquita de Min, donde nos preocupamos mucho por la calidad de todos nuestros productos, hoy queremos daros algunos consejos básicos, pero muy útiles.
Cómo diferenciar pescados y mariscos frescos
En el caso de los pescados, podemos fijarnos en algunos elementos como su piel, olor o textura. Por ejemplo:
- Deben tener los ojos brillantes, transparentes y saltones.
- Si un pescado tiene un olor fuerte parecido al del amoniaco, significa que ya está en proceso de descomposición.
- Deben tener las escamas bien adheridas.
En el caso del marisco, debemos fijarnos en aspectos similares, como la textura, el aspecto de las conchas, etc.
- La concha de las almejas debe estar bien cerrada
- Todos los mariscos con caparazón deben ser duros y flexibles
- El camarón debe mantener la cabeza y las patas firmes al cuerpo.
- Las tenazas del cangrejo o la langosta deben conservar su posición original después de manipularlas.
Ya lo sabes, a partir de ahora no te dejes engañar y acude a lugares que realmente tengan el género que mereces. En La Tasquita de Min te esperamos con los mejores platos frescos. ¡Visítanos!
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